jueves, 10 de octubre de 2013

Benigni

Fuera, las paredes chorreaban grasa, había varias ventanas, y en una de ellas estaba Benigni. Sí, aquel hombre solitario y aburrido que no tenía amigos.
Su casa estaba echa una pocilga, y el no hacía nada, solo pensaba en fumar.
Una tarde notó un pequeño bulto al lado de su brazo.
 Con el tiempo, este comenzó a hacerse más y más grande. Benigni decidió cortarlo, pero de repente de su cara nacieron dos ojos y una boca y le rogaba que no acabara con su vida.
Se hicieron amigos, muy amigos. Hacían todo juntos, su soledad se marchitó gracias a su compañero.
En el cumpleaños de su amigo, Benigni le regaló un pompero y decidieron hacer pompas en la ventana, pero al cerrarla su compañero quedó atrapado. le perdió.
pero este no se rindió, pues no quería volver a su triste vida, y es que no debes dejar que nada te amargue. Debes ser feliz sobre todas las cosas.

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